Es distinto el Maratón de Sables. Kilómetros de desierto, días de arena, dunas, llanuras de piedras, ríos secos (y mojados, caudalosos esta ocasión) bajo la inmensidad del cielo.
El agua ha dado vida; puntos verdes improvisados salpican el terreno, árido y seco habitualmente.
Más de 200 kilómetros en etapas de 33, 36, 91 y maratón hemos recorrido esta edición. Un poco más corta que anteriores, con 6 días de carrera, pero más largas y de ritmo más fuerte.
La carrera es increíble, novedosa para mí, voy muy concentrado y feliz de poder estar allí y disfrutar de algo tan impresionante.
30 de marzo de 2009, día 1, 33 kilómetros
Salida a ritmo muy fuerte, te ves un poco arrastrado por el resto de corredores y voy más deprisa de lo que me habría gustado, la carrera es muy larga. Es el día de más peso en la mochila; tienes que incluir saco, botiquín, frontal de luz, comida de 6 días y el agua de la etapa y entre unas cosas y otras llevo entre 6 y 7 kilos, es más bien poco pero se nota durante 3 horas.
Al llegar a meta se ha levantado una ciudad sobre la nada. Ahora viene la segunda parte, entrañable, la convivencia en la fantástica familia que se improvisa esta semana. Somos un grupo de más de 800 corredores (70 españoles); siempre hay una sonrisa, una anécdota, un saludo, un abrazo. ¡Es una sensación de bienestar que apaga el cansancio y la fatiga! Muchas horas de jaima con tus compañeros y vecinos, hay que descansar.
31 de marzo de 2009, día 2, 36 kilómetros
Es más rápida, con menos zonas de arena y dunas. Frío en la salida, pero pronto el sol calienta. Ayer acabé 15º y hoy terminaré 13º en la clasificación general. Estoy contento con el puesto aunque no puedo seguir el ritmo de los primeros. ¡Van fuertísimos! Yo me encuentro muy cansado, me duele todo y esto me desanima un poco, pero luego con la gente del campamento vuelvo a estar feliz. Le escribo un correo a Mónica: mañana 90 kilómetros y yo agotado. Menudo lo que me espera....¡ Y de momento me paso 18 horas metido en el saco descansando con mis compañeros!
1 de abril de 2009, día 3 91 kilómetros.
Salgo muy tranquilo, va a ser muy largo. Busco un grupo con quien ir. Me pasa Marco Olmo a la media hora de etapa y me voy con él. Es un placer ir con este súper veterano de 60 años. Nos unimos a 5 corredores que marchan por delante, voy cómodo pero con mucho miedo. Dejo que pasen los kilómetros. Van 2 horas de carrera, supongo que quedan unas 7 más. Como y bebo cada poco tiempo y me distraigo con el paisaje, hay que tener la mente entretenida. Empezamos a pasar a los últimos corredores (los 50 primeros de la general hemos salido 3 horas más tarde que el resto, y por ello a partir de ahora iré encontrando a muchos participantes que más lentos no dejan de animar a nuestro paso.)
Al final me quedo con Marco Olmo hasta casi el kilómetro 45. Su compañía me resulta agradable, pero ahora me voy, me esperan más de 5 horas de soledad, aunque sigo pasando a corredores “doblados”. Subes, bajas montañas, dunas impresionantes y una puesta de sol para no olvidar. En el kilómetro 65 me pongo el frontal, empieza a anochecer. Voy a buen ritmo, no muy deprisa, pero constante. Hace un rato que voy completamente solo, muy atento a las señales para no perderme. No sabía mi puesto, pero llego 6º a meta, por delante sólo un esloveno y 4 africanos; estoy muy satisfecho. Remonto, tras casi 9 horas y media hasta el puesto 11 de la general y con muy buenas sensaciones. Creo que podía haber ido más rápido, pero eso ya no se sabe. Ahora que paro y hace frío empiezo a tiritar, me meto en el saco y a recuperarme. Como un poco y a “dormir” y descansar durante unas horas.
La noche que acompaña a los corredores es preciosa.
2 de abril de 2009, maratón y última etapa.
Tras un día de descanso llega la maratón. Estoy a 20 segundos del pódium (10 primeros). Hay que correr con cabeza, tranquilo y guardando energía. Son muchos kilómetros y cansancio acumulado. Salgo a mi ritmo, fuerzo un poco y se forma un grupo buenísimo de corredores. Los 4 primeros se destacan enseguida, pero luego vamos nosotros. Poco a poco me veo con fuerza. Voy al mismo ritmo que los primeros días, pero ellos ahora más lentos. Me quedo solo y por delante 6 africanos; paso a uno y tengo el 5º a 150 metros. Aún quedan 25 kilómetros. Por detrás no sé cómo va la gente, pero la distancia es cada vez mayor. Estoy muy animado, buen ritmo, montaña, dunas, llano, ríos y va pasando el tiempo y la distancia. Detrás de una loma se ve la meta en la lejanía, aprieto y un poco más. Llego 6º en la etapa, primer blanco, estoy muy feliz, he terminado mi primer Sables, al final 9º absoluto, 1er español y 2º Veterano.
Muy emocionado y satisfecho. Es realmente bonito ver llegar al resto de corredoras y corredores también emocionados y contentos de terminar. Es momento de descansar y disfrutar de los recuerdos que quedarán entre nosotros de por vida.