28-30 septiembre 2009
The North Face Ultra Trail del Mont Blanc
Con muchas dudas de como iba a encontrarme, pues sufrí una lesión en el mes de marzo, me encuentro en la línea de salida, con dorsal preferente por mi resultado del 2007 y por lo tanto compartiendo estos instantes con los mejores. ¡Todo un honor!
¡Salida! Sólo los que hemos tenido la oportunidad de correr el UTMB sabemos lo emocionante que resulta este inicio de carrera, es muchísimo el público que anima estos primeros kilómetros. Llega la primera bajada rompe piernas de la Charme. El paso por la localidad de Sant Gervais (km21) es seguramente el más multitudinario de todo el recorrido, aplausos, gritos de ánimos, resulta increíble que toda esa gente este allí por ver pasar a los corredores. El pelotón se va estirando. Hace bastante calor y me esta costando coger el ritmo, llegar a Contamines (km31) se me hace largo, pese a todo voy junto a la francesa Karine Herry y a escasos 10 minutos de la segunda en ese momento, la americana Kristin Mohel, quien ganaría finalmente la carrera.
Con la llegada de la noche y el frío, por fin, me empiezo a encontrar bien. Es en este momento cuando se me complica la carrera. Subiendo a la Croix de Bonhomme la niebla hace su aparición. Voy detrás de un grupo de corredores, siguiendo sus pasos, concentrada en llevar un buen ritmo… de pronto nos damos cuenta que hemos perdido el camino. No se ve ninguna señal, muy escasas para las condiciones en las que nos encontramos. Volvemos atrás pero la espesa niebla tampoco no nos permite reconocer de donde veníamos. El resultado fueron sobre 40 minutos de rodeos … hasta que de pronto vimos una hilera de frontales por debajo de donde nos encontrábamos. Estábamos por encima del collado donde estaba el control de la Croix de Bonhomme (km44). (A posteriori y analizando mis tiempos de paso he podido comprobar que perdí más de 60 puestos e iba 7ª de la general de mujeres….) Ante situaciones de este tipo de nada vale lamentarse, y como abandonar nunca se me pasó por la cabeza me crecí e intenté recuperar lo perdido. La rabia que tenia me hizó aumentar el ritmo y recuperar parte del tiempo perdido. Durante los siguientes 40 kilómetros tuve muy buenas sensaciones. Llegué a Arnuva (km94) con poco más de 15 horas de carrera, 72ª de la general, cuarta entre las mujeres y a media hora de la tercera.
Ya de día, en la subida al Gran Col Ferret, empecé a sentirme mal, no tenia fuerza y tuve que disminuir el ritmo. Comí y bebí regularmente esperando recuperarme pronto. Pero la recuperación total nunca apareció. Las subidas se me hacían muy largas, los llanos difíciles de correr a un ritmo sostenido y solo en las bajadas intentaba mantener un buen ritmo con el fin de perder el mínimo tiempo posible. Así fueron mis últimos 60 kilómetros de carrera. Sentía como iban cayendo los minutos, pensaba en cuanto me estarían recortando tiempo mis inmediatas perseguidoras, pensaba en que en estas condiciones solo debía poner todos los esfuerzos en acabar.
Mi paso por Champex (km123) fue seguramente el más delicado de todos. Estaba completamente vacía, estuve más de 20 minutos intentando comer, beber, recuperar.
Cuando ya creía que estar entre las 5 primeras se estaba poniendo complicado, me alertaron que la francesa Herry, 3ª hasta entonces, iba mal y que le había estado recortando tiempo. Finalmente Karine abandonaba por problemas físicos en Trient (km138). No me lo acababa de creer, ¡pero, sí!, tenía posibilidades de podium a falta de 28 km de meta.
Mònica Aguilera
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