The North Face Ultra Trail del Mont Blanc
Con muchas dudas de como iba a encontrarme, pues sufrí una lesión en el mes de marzo, me encuentro en la línea de salida, con dorsal preferente por mi resultado del 2007 y por lo tanto compartiendo estos instantes con los mejores. ¡Todo un honor!
¡Salida! Sólo los que hemos tenido la oportunidad de correr el UTMB sabemos lo emocionante que resulta este inicio de carrera, es muchísimo el público que anima estos primeros kilómetros. Llega la primera bajada rompe piernas de la Charme. El paso por la localidad de Sant Gervais (km21) es seguramente el más multitudinario de todo el recorrido, aplausos, gritos de ánimos, resulta increíble que toda esa gente este allí por ver pasar a los corredores. El pelotón se va estirando. Hace bastante calor y me esta costando coger el ritmo, llegar a Contamines (km31) se me hace largo, pese a todo voy junto a la francesa Karine Herry y a escasos 10 minutos de la segunda en ese momento, la americana Kristin Mohel, quien ganaría finalmente la carrera.

Ya de día, en la subida al Gran Col Ferret, empecé a sentirme mal, no tenia fuerza y tuve que disminuir el ritmo. Comí y bebí regularmente esperando recuperarme pronto. Pero la recuperación total nunca apareció. Las subidas se me hacían muy largas, los llanos difíciles de correr a un ritmo sostenido y solo en las bajadas intentaba mantener un buen ritmo con el fin de perder el mínimo tiempo posible. Así fueron mis últimos 60 kilómetros de carrera. Sentía como iban cayendo los minutos, pensaba en cuanto me estarían recortando tiempo mis inmediatas perseguidoras, pensaba en que en estas condiciones solo debía poner todos los esfuerzos en acabar.
Mi paso por Champex (km123) fue seguramente el más delicado de todos. Estaba completamente vacía, estuve más de 20 minutos intentando comer, beber, recuperar.
Cuando ya creía que estar entre las 5 primeras se estaba poniendo complicado, me alertaron que la francesa Herry, 3ª hasta entonces, iba mal y que le había estado recortando tiempo. Finalmente Karine abandonaba por problemas físicos en Trient (km138). No me lo acababa de creer, ¡pero, sí!, tenía posibilidades de podium a falta de 28 km de meta.
El último punto de asistencia situado en Vallorcine me pareció toda una fiesta. Un montón de gente, amigos y mi familia me animaban, y fue a partir de aquí cuando empecé a creerme que podía acabar tercera.
Última subida, agónica como las tres anteriores, el paso por La Flegere y finalmente la bajada a Chamonix. Poco pude disfrutar estos últimos 20 kilómetros, las fuerzas continuaban sin aparecer. Fueron tan solo los últimos metros por las calles de Chamonix donde por unos instantes desaparecieron todos los dolores, y acompañada de una calurosa multitud que animaban y aplaudían lograba cruzar con una felicidad inmensa la línea de meta tras más de 29 horas de carrera. Una 55ª posición en la general y 3ª en féminas que me sabe a gloria.
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